Sobre su obra

El más fecundo de su generación. Posee una considerable obra, especialmente en narrativa. Todos sus libros, impugnadores de tabúes y convenciones establecidas, se manifiestan además contra los falsos valores, los lugares comunes, la incomprensión del mundo de los adultos y las viejas formas y conceptos remanentes en el vasto recinto de la, no por ello menos reconocida, producción editorial cubana. En su enfrentamiento contra viejos mitos y tabúes su obra se destaca su lucha contra la intolerancia, el mecanicismo y la burocracia, y su constante actitud a favor de la vida, el amor, los sueños y el desarrollo de lo mejor del ser humano. Pero tienen un aliento revolucionario, otro cauce y poseen su propio metalenguaje, irreverencia y enfoque crítico”. (Alga Marina Elizagaray)

Sus historias van desde el castillo de los sueños a la realidad cotidiana. Descubren el alma de la infancia y nos ponen en contacto con personajes “imperfectos”, sin máscaras ni ropajes, que desnudan sentimientos, conflictos, temores”. (Sahily Tabares)

En cada obra, Enrique Pérez Díaz vuelve a manifestar la constante de varias de sus narraciones: la evidente necesidad de imponer sobre historias infantiles cargadas de imaginería lírica otros relatos y subtramas de cuyos centros emergen serios problemas que azotan a la sociedad cubana actual. El resultado es un llamativo collage compuesto por el paisaje antillano y una fábula al modo en que nos acostumbraron aquellas soberbias historias de magos, hadas y brujas de nuestra niñez. (Emilio Barreto)

No oculta en su obra partes duras, tristes, tan duras y tristes como reales, de la vida. Es alumno eminente de Mirta Aguirre en eso de no andar escondiendo pedazos sucios de la vista de los niños, adolescentes y jóvenes para mantenerlos alejados del mundanal ruido, lejos realmente del correcto entrenamiento para la existencia. Vivir sigue siendo un combate, cual lid deportiva, y las medallas aquí son las de ser útil, las de acercarse más a la felicidad que a los fracasos; preseas, pues, más difíciles de alcanzar”. (Víctor Joaquín Ortega)

Pesan en estos relatos la inteligencia, el dolor y la ternura de las niñas, esas que arrancaran de José Martí los más nítidos elogios. Enrique las llama, con todo derecho y razón, princesas. No importa que no lleven coronas en sus cabezas ni vestidos hermosos cubriendo sus cuerpos. Son princesas porque representan la expresión más alta de la ternura, la parte más iluminada de cualquier obra humana. Sin ellas, el mundo no tendría sentido. Tal como asegura Enrique Pérez Díaz, a través de Hans Christian Andersen en la entrada de este libro, "La vida es la más bella de las aventuras". No lo dudo. Y de eso está llena Princesas…, porque, a fin de cuentas, estos relatos parecen ficción; pero a veces la ficción se parece demasiado a la realidad. Y eso, sin dudas, está muy bien, y dice mucho de cuánto vale y convence un escritor. (Miguel Terry Valdespino)

Cuentos suyos están incluidos en diversas selecciones como Cuentaquetecuenta un cuento, Cuentos desde La Habana, Cofre de Cuba, Cuba for kids, ¡Mucho Cuento!, Cazador de sueños, Entre brujas vuela el cuento, A favor de nuestros gatos, Hay gatos en mi ciudad, ¿Tenemos brujas en La Habana?, La mejor literatura para niños. Volumen 7, Carrusel de cuentos, (La Habana, Editorial Capitán San Luis, 2003, 2004 y 2005) Cuentos del mar (Diputación de Cádiz) y en la antología personal realizada por Alga Marina Elizagaray: De hadas, sombras y quimeras y otros se estudian en los programas de primaria de Argentina, Bolivia, España, Bilbao y los Estados Unidos.
Ha ejercido el Periodismo Cultural por espacio de 30 años en casi todos los medios expresivos: radio, televisión, diarios, agencias y revistas culturales.

De manera simultánea, trabajó habitualmente como narrador, crítico, periodista, editor e investigador de literatura infantil. Desde 1993 hasta el 2008 se desempeñó en carácter “no profesional” como Presidente de la Sección de Literatura Infantil de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y miembro del Comité Cubano del IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil), del cual fue Vicepresidente desde 1995 y en el que se ha desempeñado indistintamente como Secretario ejecutivo o coordinador de Relaciones Internacionales. Como integrante de ambas organizaciones ha contribuido a organizar el II, III, IV y V Encuentro Iberoamericano de Literatura para niños y Jóvenes y los Congresos Lectura 99, Lectura 2001, Lectura 2003, Lectura 2005, Lectura 2007 y Lectura 2009. PARA LEER EL XXI. Contribuyó a la creación del Centro de Documentación de la Literatura Infantil Cubana del IBBY en la Biblioteca de autores Contemporáneos de la Fundación Alejo Carpentier.